Autocompasión
En lugar de juzgarse duramente o ser crítico consigo mismo frente a los errores o las adversidades, una persona que practica la autocompasión se trata con gentileza y comprensión. Esto no significa evitar responsabilizarse por acciones o buscar mejorar, sino más bien cultivar una actitud interna de apoyo y aliento en lugar de autocrítica y autocondena.
Kristin Neff, psicóloga y pionera en el estudio de la autocompasión, identifica tres componentes principales de la autocompasión:
Amabilidad hacia uno mismo: Ser amable y comprensivo contigo mismo en lugar de ser crítico y severo.
Humanidad compartida: Reconocer que el sufrimiento y los desafíos son parte de la experiencia humana compartida, en lugar de sentirse aislado en el dolor.
Mindfulness (atención plena): Mantener una conciencia equilibrada de las propias emociones y pensamientos sin reprimirlos ni exagerarlos.
En resumen, la autocompasión es una forma de cultivar una relación más saludable y compasiva con uno mismo, promoviendo el bienestar emocional y psicológico a través de la aceptación y el cuidado personal.